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PRODUCTOR EN ACCIÓN: JORGE GOUJÓN, DE COLONIA ELISA, CHACO

Al que madruga, Dios lo ayuda. Cosechó el primer lote de soja que se vendió en esta campaña. Y, lejos del puerto, tiene un planteo sustentable con maíz y sorgo. Santiago Lorenzatti. Especial para Clarin Para los hermanos Goujón, el haber cosechado el primer lote de soja de la campaña 2004/05 no era un objetivo prioritario, pero fueron los protagonistas de ese clásico de cada año. "Fue fruto de nuestro esfuerzo permanente por mejorar agronómicamente en el manejo del campo; y no algo que buscamos en sí mismo", explicó Jorge Goujón poco después de recibir el premio al primer lote de soja de la campaña en la Bolsa de Comercio de Rosario, esta semana. Precisamente, en esa centenaria entidad, donde diariamente se comercializa el grueso de la oleaginosa nacional, se realizó el martes pasado el remate del primer lote de soja de esta campaña, un evento que contó con la participación del Secretario de Agricultura, Miguel Campos. El remate marca anualmente el inicio formal de la comercialización de soja en la Bolsa rosarina. El lote, de 25.080 kilogramos, había arribado a la plaza el 3 de enero pasado, proveniente de Colonia Elisa (Chaco) y se comercializó a $1.000 la tonelada. Pero volvamos al concepto de Goujón. Su norte está trazado por la innovación permanente en su empresa, "apuntando al máximo aprovechamiento de los recursos naturales, en un marco de sustentabilidad ambiental", explicó. Y a los hechos se remite. Es uno de los productores chaqueños que encontró la vuelta para salir de "la tentación del monocultivo de soja", se enorgulleció. En su región, la inclusión de cultivos como maíz y sorgo con destino para grano es casi impensado. "La ganancia que uno puede tener se diluye en el camino hacia el puerto, y más con retenciones", afirmó Goujón, en clara alusión al impacto del flete sobre los costos de producción en zonas alejadas del puerto. "Pero nosotros le encontramos la vuelta", comentó entusiasmado. Con un planteo productivo mixto, que combina agricultura en los mejores lotes y una rotación que alterna cultivos agrícolas con forrajeras en los de aptitud media y baja, Goujón rompe la lógica de muchos esquemas chaqueños (Ver Agricultura...). Y lo resume de manera simple, pero contundente: "mediante la ganadería somos mejores agricultores". Sucede que la recría de terneros les permite incluir en la rotación agrícola cultivos como el sorgo —y en menor proporción maíz—, que de otra manera "serían antieconómicos para la región", dijo Goujón. Ambas gramíneas son fundamentales a la hora de generar cobertura duradera en el norte argentino. "Probamos con trigo, pero los resultados agronómicos no son adecuados, como sucede más al sur", comentó. Dentro del esquema agrícola, desde hace varias campañas están haciendo doble cultivo estival; combinando siempre una gramínea —sorgo o maíz— con una leguminosa —generalmente soja—. "Tratamos de aprovechar el tener un largo período libre de heladas, y precipitaciones superiores a los 1200 milímetros anuales, concentradas desde primavera a otoño", explicó. Para Goujón, plantear un doble cultivo estival en zonas de menos de 1.000 milímetros anuales puede ser muy riesgoso (Ver Apuesta fuerte por la...). El esquema ganadero se basa en el engorde de terneros que ingresan al campo con 150 kilogramos, y en seis meses están gordos con 300 a 330 kilogramos. De esa manera, "logramos en ganadería un ritmo similar al agrícola", afirmó. Para alcanzarlo, es fundamental tener buenos pastos en invierno, y suplementar con los granos de producción propia. El esquema, así diseñado, rompe con la lógica de la zona, que generalmente vende terneros y compra carne para consumo proveniente de otras provincias. "Nosotros estamos comprando los terneros chaqueños, les agregamos valor transformándolos en gordos, y los vendemos a Salta, Tucumán, Córdoba y norte de Santa Fe", enfatizó Goujón. La producción forrajera está basada en el aprovechamiento de especies nativas valiosas en los lotes de menor aptitud, y en la siembra de verdeos en los suelos de mediana capacidad productiva. La clave pasa por producir pastos en cantidad y calidad adecuadas durante el período invernal. "Donde el pH lo permite hacemos melilotus, al que consideramos un excelente forrajera por el aporte de materia verde, su sistema radicular agresivo —que regenera la porosidad del suelo— y por el hecho de fijar nitrógeno vía simbiosis con rizobios", dijo. Además, a la salida de este verdeo "queda un lote excelente para iniciar el ciclo agrícola con soja GM VIII o sorgo", agregó. También incluyen verdeos de rye grass. Por su parte, en los suelos de menor aptitud, y siguiendo los consejos de Fabián Tommasone —un reconocido asesor ganadero—, realizan la promoción de pasturas naturales. La intención es, vía manejo, ir favoreciendo a las especias más palatables y nutritivas en desmedro de las de menor calidad forrajera. "Están apareciendo vicias y especies de gramíneas que no conocía y que son muy productivas", comentó Goujón. Y las ideas no paran. "Actualmente estamos analizando la posibilidad de autoabastecernos energéticamente, a partir de fuentes renovables", disparó Goujón. Su próximo desafío pasa por producir su propio combustible con una planta de biodiesel. Las ventajas son varias. Por una lado, "aprovecharíamos la soja, el girasol —y por que no el algodón— para convertirlo en combustible y. por otro, usaríamos el subproducto como suplemento proteico y energético de la ganadería". Sería una forma de seguir agregando valor a la producción, de generar nuevas alternativas, de crear empleos, y de posicionar al campo argentino como ambientalmente sustentable.