Tomaremos como referencia la pastura permanente base alfalfa porque es la que está más difundida en los planteos ganaderos.
En este marco, es necesario poner el ojo en algunos momentos claves: la implantación, el mantenimiento y el aprovechamiento. Hoy nos vamos a dedicar al primero de ellos.
Implantación de alfalfa
Una pradera de alfalfa bien implantada es la que logra un stand de plantas del orden de las 100 por metro cuadrado, libre de malezas, al primer pastoreo.
Implantar 100 plantas por metro cuadrado no se consigue solamente ajustanto la densidad de siembra. Se deben tener en cuenta otros factores, como por ejemplo: la preparación del lote y sistemas de siembra, la época de siembra, el tratamiento de la semilla y los cuidados especiales durante el establecimiento.
Por lo general, la densidad de siembra utilizada (10-12 kg/ha) incorpora aproximadamente unas 350-400 semillas por m2, de las cuales, muchas veces, sólo se logra implantar un 15-20%.
Preparación del lote
Para una correcta implantación es fundamental elegir un lote libre de malezas perennes y/o de difícil control una vez implantada la pradera, lograr una correcta cama de siembra, por medio de labores mecánicas o barbechos químicos, acumular humedad en el perfil, ya que la siembra superficial (1-1,5 cm) y el lento desarrollo radicular inicial no favorece el aprovechamiento de la humedad en profundidad.
Es también muy importante utilizar un sistema de siembra que favorezca la ubicación de la semilla en contacto con la humedad del suelo.
Epoca de siembra
Los factores que definen la época de siembra son la temperatura y la humedad. La alfalfa germina a temperaturas entre 5 y 35ºC. La optima para su desarrollo es la que va de los 19 a los 25ºC.
La alfalfa puede germinar a temperaturas que son limitantes para su posterior crecimiento. Por esta razón, las siembras tardías de otoño o tardías de primavera pueden resultar complicadas para el desarrollo del cultivo.
Las siembras tempranas de otoño son las recomendadas, porque permiten que las plantas alcancen un buen desarrollo aéreo y acumulen reservas en las raíces, antes de las primeras heladas.
Las siembras de primavera favorecen el crecimiento de tallos y hojas pero dificultan la acumulación de reservas en raíz y el establecimiento definitivo de la pastura por una mayor infestación de malezas y aumento del ataque de plagas (pulgones, isocas, orugas cortadoras).
Calidad de semilla
Es importante tener en cuenta el porcentaje de germinación, la contaminación de malezas (cuscuta, sorgo de halepo, abrepuño), la Calidad genética (producción, latencia, resistencia a plagas), la resistencia a enfermedades de corona, raíz y hojas y el tratamiento de la semilla.
La ausencia de rizobios naturales o su baja eficiencia y la presencia de hongos que atacan a la plántula en sus primeros estadíos son motivos suficientes para tratar la semilla de alfalfa con inoculantes y fungicidas. Esta práctica de bajo costo y alto impacto en la implantación debe realizarse previo a la siembra, o bien utilizar semillas peleteadas.
Fuente: Inta Rafaela. Para más información sobre este tema, llame al 03492-440121 interno 121/123 ó 180 o vaya a su agencia de extensión más cercana.
Extraido de: www.todoagro.com.ar