El sector apícola local sigue recuperando terreno. Con el inconveniente de la contaminación de miel argentina por nitrofuranos ya superado -algo que generó la caída abrupta de precios y exportaciones a fines del 2003-, la apicultura volvió a ser rentable y el producto local es requerido por todos los países importadores, gracias a su calidad y características organolépticas.
El año pasado, la Argentina cerró ventas externas por 100 mil toneladas de miel, al igual que en el 2005, con un ingreso para el país que rondó los 130 millones de dólares. En su mayoría, los embarques fueron de miel, pero también de cera, propóleos y abejas reinas.
Este 2007 también pinta bien en el plano exportador. Sólo en el primer trimestre, el sector abrochó operaciones por cerca de 25.000 toneladas -que fueron concretadas por 73 empresas- en un valor de alrededor de 37 millones de dólares, según datos del Senasa. Estos números arrojan un incremento del 5% en volumen y del 26% en divisas, respecto a los envíos del mismo período del 2006. Los principales destinos para la miel fueron Alemania (más de 6.000 toneladas por 9,3 millones de dólares) y Estados Unidos (5.700 toneladas por 9,27 millones de dólares). También se cerraron operaciones con Gran Bretaña, Italia, Bélgica, España, Francia, Canadá, Australia, Austria y Japón, entre otros mercados. Las mieles diferenciadas están teniendo mucho éxito, especialmente en el Viejo Continente. Un caso emblemático es el de las exportaciones concretadas desde el Chaco.
De tierra adentro
Chaco cuenta con 2.200 apicultores, 50.000 colmenas y una producción de 1.200 toneladas de miel ecológica de alta calidad, certificada internacionalmente y la actividad apícola es practicada hasta por la comunidad Wichí, en la zona norte de la provincia. La oferta chaqueña de mieles -hasta mañana, algo puede verse en la muestra "Chaco en Buenos Aires", frente al Planetario- es grande: de algarrobo blanco, chañar, girasol, mistol, palma carandaí, palo santo, quebracho chaqueño colorado y saeta. Una de las más afamadas es Miel de Monte (marca comercial), completamente ecológica, por la ubicación de la producción, la extracción, el control y los cuidados en el tratamiento del panal y la colmena. En tanto, las mieles monofloras no se quedan atrás: de árboles del monte, distintas tonalidades y sabores muy agradables, se les reconocen propiedades curativas.... Con todo este "marketing saludable" de respaldo, están exportando exitosamente a diferentes destinos europeos.
Precios y cosecha
En cuanto a los valores, según un trabajo de la Secretaría de Agricultura (SAGPyA), "el promedio de venta de marzo pasado fue de 1,44 dólares el kilo. Del total exportado por la Argentina en el primer trimestre, la miel homogeneizada representó el 14,08% en monto y el 14,30% en volumen; en cuanto a la miel orgánica, en el primer trimestre se exportaron 227 toneladas por un monto de casi 390 mil dólares".
Pero, ya es sabido, siempre hay una de cal y otra de arena... Al tiempo que se vuelven a recuperar los mercados externos, la producción local afronta un año complicado. El mismo estudio de Agricultura comenta que "las adversas condiciones climáticas han ocasionado pérdidas de cosechas en distintas regiones del país. Las provincias con mayor cantidad de colmenas afectadas han implementado distintos mecanismos de ayuda a los productores, como por ejemplo Buenos Aires y Santa Fe. Las primeras estimaciones dan cuenta de una merma de la producción de algo más del 25% para la actual campaña".
Lo mismo opinan al pie de la colmena. "Este año la cosecha fue mala, por lo menos en la zona oeste de Buenos Aires", contó a Clarín Rural el productor y empresario Guillermo Frusto, director de la firma Argentina Speciality SRL y sus productos Pampagourmet. "Al principio llovió mucho y lavó las flores, parecía que venía un buen año, pero después vino la seca y adiós pasturas. A esto se suma el problema de la carne, dado que no hay campos con pasturas para engorde de novillos ya que entra la soja por todos lados. La carne y la miel van de la mano, porque pasturas es igual a flores. En los tambos, llovió mucho al principio, pudieron hacer muchos rollos, por lo tanto no hay flores porque cortan las pasturas para enrollarlas, y como les sobró campo se sembró mucho maíz, ya que el precio está muy elevado, por lo tanto menos flor todavía", explicó claramente.
"La verdad es que la apicultura se va poniendo difícil. Creo que el precio de la miel va a subir si no cambian las condiciones agronómicas. Pero toda crisis produce oportunidades, hay que estar atento, siempre existe alguna posibilidad de solución y, como todo, se va a ir profesionalizando", se sinceró Frusto, quien ya mandó muestras a Hong Kong -y parece que gustaron-. También está por embarcar producto la semana próxima para Alemania y el mes que viene a México.
"Las palabras claves son valor agregado, diferenciación y cooperativismo, es la única manera de poder lograr las cosas", concluyó. Los productos que elabora y, en su mayoría, él mismo ideó, son: miel y miel cremosa, mermelada de duraznos y de ciruelas, ambas con miel (para el desayuno y el té); salsa de mostaza y miel, chutney de frutas con miel y salsa para carnes sobre la base de frutas, miel y especias (para sazonar); salsa de frutillas malbec y miel, salsa de chocolate, dulce de leche y miel, y salsa de frutos rojos malbec y miel (para postres). En su campo de la localidad bonaerense de Daireaux produce en 400 colmenas y tiene una planta elaboradora en San Fernando. Hoy la planta tiene una capacidad de producción de 200 kilos diarios de salsas o dulces, aunque para la miel es aún mucho mayor.
Liliana Cobelo.
lcobelo@clarin.com
Fuente: Clarin Rural