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AGRICULTURA DE PRECISION: 7° CURSO INTERNACIONAL ORGANIZADO POR EL INTA.

Cultivos de a metro, por sitio específico El campo argentino muestra creciente expectativa por esta compleja tecnología

La electrónica, la informática, las telecomuniciones y otras herramientas de complejidad al servicio de la producción agropecuaria. Y todo para que la históricamente considerada "actividad primaria" siga aumentando su competitividad y rentabilidad. Esa tecnología compleja, que hasta hace diez años parecía ciencia ficción, y por ahora es un asunto de pocos, ya se palpita en nuestro campo con expectativa creciente.

No quedaron dudas de ello al ver la atención, y por momentos entusiasmo, que demostraron los casi 2.000 productores y contratistas, argentinos y extranjeros, que dieron vida a las múltiples conferencias del 7º Curso Internacional de Agricultura de Precisión y 2° Expo de Máquinas Precisas, realizado por el INTA entre el martes y el jueves últimos, en la EEA Manfredi. Todo lo cual ratificó el liderazgo de Argentina, a la vanguardia mundial, en la materia.

Esta séptima edición reflejó a su vez el crecimiento notable en la adopción de equipos, que en 2006 constituyó un mercado de 20 millones de dólares en nuestro país, con un incremento de 264% en los últimos tres años; los banderilleros satelitales todavía encabezan las ventas, pero cada vez pisan más fuerte los monitores de rendimiento, con o sin GPS, crecen los dosificadores variables en sembradoras y fertilizadoras e irrumpen los sensores, que brindan información remota on line.

El objetivo en todos los casos es el manejo por ambientes, con variables que tengan en cuenta, y aprovechen, la heterogeneidad del terreno. Dicho de otra manera, se apunta a utilizar determinada genética e insumos según cada porción de suelo.

Y teniendo en cuenta no sólo las características de la zona o el conocimiento del lote, sino directamente las condiciones del suelo a cada metro, lo que se denomina por sitio específico.

En ese marco, el técnico consultor del INTA, Mario Bragachini, alma mater de la Agricultura de Precisión en nuestro país, relató la experiencia realizada en el campo de Iván Lubatti, cerca de Manfredi, con una máquina que iba sembrando soja en las partes buenas del campo y sorgo granífero en donde el suelo ofrecía baja fertilidad. Ese manejo determinó 4.700 pesos de diferencia en sólo 44 hectáreas.

El atractivo económico es todavía, para la mayoría de los productores argentinos, una complicación no demasiado atractiva, ante lo "fácil" que resulta cultivar soja en la Argentina, particularmente desde la combinación virtuosa de las variedades genéticas resistentes a glifosato con la Siembra Directa.

Pero ya se ve que los que buscan optimizar los rendimientos confían en la Agricultura de Precisión como una vía para diferenciarse y ganar en competitividad. El presidente de la cadena sojera argentina, Rodolfo Rossi, anticipó que "la posibilidad de medir la proteína en soja va a producir efectos importantísimos".

Y otros referentes técnicos de Aapresid y Aacrea también ratificaron con su presencia que la integración de estos "aparatitos sofisticados" con el conocimiento agronómico para interpretar la información que suministran, promete mucho.

Hay consenso sobre el contexto: ante la creciente demanda de alimentos y energía, la tierra será cada vez más un bien escaso y, particularmente en la Argentina, por el fuerte predicamento de los arrendamientos, usar cada metro cuadrado de las unidades productivas con eficiencia será una ventaja insoslayable, primero para los innovadores y luego para la sustentabilidad de cada productor.

Eso sí, todos advirtieron que aún transcurre una fase experimental, signada por la cada vez más accesible información pero con dificultades, o poco desarrollo, para interpretarla. El consejo es animarse y probar, con ensayos sostenidos.

Bragachini aseguró que tarde o temprano los costos extras se cubren con las diferencias de rindes, y desafió: "Tenemos que cosechar sí o sí, entonces no es mucho más esfuerzo pasar un sensor".

Novedades destacadas

Precisamente, el sensor (americano, marca Zeltex) colocado en una cosechadora Vassalli para analizar los niveles de proteína y aceite. se orienta al manejo agronómico de la calidad, lo cual gana predicamento en las góndolas, y surtidores, del mundo.

Otras novedades: dos monitores de rendimiento satelitales de industria nacional, de IGB (Ingeniero Guillermo Bonamico) y Sensor. E impresionó el desarrollo de los dosificadores variables de semillas y fertilizantes, en pulverizadoras y sembradoras "inteligentes".

por: Mauricio Bártoli y Manfredi, Cordoba
Fuente: Clarin Rural