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LA CAMPAÑA MAICERA: UNA PLAGA CLAVE EN EL CULTIVO.

El INTA Pergamino advierte sobre los cuidados que hay que tener este año tan particular.

Este año, habrá muchos más maíces sembrados en forma tardía que en campañas anteriores, por la sequía que golpeó en las fechas ideales de siembra para muchas zonas. Por eso, vale la pena volver a hablar del "barrenador del tallo", Diatraea saccharalis, que -según destaca el especialista Nicolás Iannone, del Inta Pergamino-sigue siendo una plaga clave del cultivo de maíz, aunque a partir del año 2001 viene disminuyendo considerablemente su población, año tras año.

La declinación de los ataques se debe, principalmente, a la eliminación de la descendencia de la población de Diatraea que ovipone sobre maíces transgénicos Bt, ya que la hembra adulta de este lepidóptero no distingue entre maíces Bt y convencionales al depositar sus masas de huevos. Por tal motivo, es posible inferir que esta plaga continuará con niveles bajos durante las próximas campañas maiceras. Independientemente de ello y considerando las pérdidas de producción en los lotes que resulten atacados por Diatraea, las pérdidas promedio se sitúan según la época de siembre entre el 8 y el 60 % de la producción (Ver Posibles pérdidas).

Ataque de 3 generaciones

La bioecología de Diatraea saccharalis indica que es un insecto lepidóptero que afecta a gramíneas, ya que tiene como hospederas a plantas cultivadas y silvestres como son el maíz, sorgo granífero, caña de azúcar, trigo, arroz, sorgo de Alepo y otras gramíneas forrajeras. Las mariposas aparecen en primavera e inician la primera generación colocando oviposiciones en el maíz preferentemente en el envés de las hojas, siempre que éste tenga 3 o más hojas. Normalmente esta primera generación encuentra al maíz recién sembrado o en emergencia, y en estos casos la hembra adulta prefiere oviponer sobre trigo u otras gramíneas hospederas. La segunda generación generalmente encuentra al maíz en un estado vegetativo bastante desarrollado o bien en estado reproductivo, según su fecha de siembra. Esta generación es la que produce el mayor impacto, porque normalmente (aunque quizás no tanto este año) las siembras muy tardías o de segunda son las menos frecuentes y donde tendría una alta incidencia la tercera generación de la plaga.

El tratamiento químico de Diatraea en maíz debe realizarse antes de que las larvas penetren en el tallo, ya que cuando están dentro del mismo resultará inútil cualquier medida de control. Otra característica distintiva del control de Diatraea es que la toma de decisión se basa en el monitoreo de huevos (oviposiciones) mientras que el manejo clásico adoptado para el control de otras plagas de cultivos granarios propone el monitoreo de larvas. También resulta relevante que para el control de la mayoría de otras plagas el mayor énfasis se pone en el producto y dosis a utilizar, mientras que para el control de Diatraea tanto o más importantes son el momento y el sistema de aplicación.

Las generaciones de la plaga no están definidas en un tiempo preciso, sino que sus apariciones varían por influencia de un complejo de factores bióticos y abióticos. Por ejemplo, para el núcleo pampeano los períodos más probables de aparición de los picos de adultos de cada una de las generaciones son: segunda quincena de octubre y primera quincena de noviembre para la primera generación, segunda quincena de diciembre a principios de enero para la segunda, y fines de enero a mediados de febrero para la tercera generación.

La toma de decisión para el control químico de Diatraea se deberá adoptar cuando se registre cerca de 1 oviposición cada 10 plantas (al azar), o sea con el 8 a 10 % de plantas con posturas.
 
 
Fuente: Clarin Rural